Algunas veces, surgen en la vida acontecimientos importantes que nacen de un sencillo pero vital impulso que lleva a personas muy diversas a aportar empeño e ilusión para que se produzca un evento maravilloso. De esa manera nació La nueite de L’Auteiro.

Siempre que hablo de Somiedo pienso en la película Un lugar en el mundo del director Adolfo Aristarain. En una escena, casi ya del final, el protagonista Ernesto frente a la tumba de su padre le cuenta que aún no ha encontrado su lugar en el mundo pero que todavía tiene mucho tiempo para ello. En mi caso, cuando recorrí las brañas con sus cabanas de teito y corros; admiré la belleza de Los Albos; me quedé absorta viendo el cielo reflejado en el Lago del Valle y escuché el dulce concierto de esquilas interpretado por los rebaños que pastan en calma, supe que había encontrado mi propio lugar en el mundo. Feliz, descubrí este mismo sentir en otros amigos que igualmente se habían entusiasmado con esta tierra extraordinaria. Y, por supuesto, nos contagiamos del amor que las buenas gentes de Valle de Lago sienten por su pueblo y entorno.

Todo esto junto, madurado al sol de un verano, hizo brotar La nueite de L’Auteiro.

Surgió de la necesidad de compartir el oficio de contar historias, oficio que amo profundamente y al que me dedico profesionalmente desde hace más de 25 años (soy Maísa Marbán). Surgió del entusiasmo por compartir conocimiento sobre el universo del gran divulgador Benjamín Montesinos Comino (astrofísico, investigador en el Centro de Astrobiología de Madrid, CAB, CSIC-INTA). Surgió de la generosa capacidad de sorpresa y entrega a la cultura e investigación que tienen Guillermina Tablón Díaz y Luis Alfonso García Nieto (propietarios de la casa de Aldea La Corona de L’Auteiro). Surgió del entusiasmo y profesionalidad de Begoña Mendoza (creativa copy, redactora freelance) y Luis Teodoro Sanz Martín (experto en e-learning y fotógrafo), sin el apoyo técnico de ambos, este evento no se podría realizar. Surgió de las emocionantes tonadas que interpreta el joven gaitero en ciernes, Alfonso García Tablón.

Y, por último, surgió de la escucha, interés y cariño del público que año tras año, acude puntual a la cita de La Nueite de L’Auteiro para escuchar historias, descubrir aspectos del universo, vibrar con la música y compartir una velada de esas que hacen sonreír (y que este año estará dedicada a la Luna). ¡Invitados quedáis! Y, por cierto, tal vez sea éste vuestro lugar en el mundo.

Maísa Marbán